Unas cuantas veces en mi vida he experimentado momentos de una claridad meridiana. En los que durante unos breves segundos, el silencio ahoga el ruido y puedo sentir en lugar de pensar. Todo parece muy definido, el mundo claro y fresco como si todo acabara de nacer.

sábado




Quisiera amar- exclamó Dorian Gray con una entonación profundamente patética en su voz-. Pero me parece que he perdido la pasión, y que he olvidado el deseo. Estoy demasiado concentrado en mi mismo. Mi propia personalidad se me ha vuelto una carga. Necesito escapar, marcharme, olvidar.

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