Unas cuantas veces en mi vida he experimentado momentos de una claridad meridiana. En los que durante unos breves segundos, el silencio ahoga el ruido y puedo sentir en lugar de pensar. Todo parece muy definido, el mundo claro y fresco como si todo acabara de nacer.

sábado


Esta noche no quiero estar sola. El abrumante silencio me atemoriza y el frío humo del cigarro me ahoga. Las luces parpadeantes crean una silueta en mi mente de mi persona, blanca, pequeña y vacía. Las sábanas me parecen kilométricas y me hacen perderme entre la oscuridad de mi habitación. La música rebota en las paredes, y las notas se pierden en el ambiente sin ser capaces de atravesar las barreras de mi propio cuerpo.
Los fantasmas de mis inseguridades me están llevando y tengo miedo de dormir, los pensamientos se difuminan y se deshacen y entran dentro de "la persistencia de la memoria".

Esta noche no quiero estar sola. Vuelve y hablemos de la magia del mundo, de la pasión, del amor, hablemos de esperanza, de poesía y de arte. Hablemos del pasado y de lo que somos, de la lucha contra la mediocridad. Abrázame Robert y dime que todo va a ir bien mientras tu estés conmigo.

Esta noche no quiero estar sola.

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