Unas cuantas veces en mi vida he experimentado momentos de una claridad meridiana. En los que durante unos breves segundos, el silencio ahoga el ruido y puedo sentir en lugar de pensar. Todo parece muy definido, el mundo claro y fresco como si todo acabara de nacer.

lunes



Il faut oublier, tout peut s’oublier. Oublier ces heures, qui tuaient parfois a coups de pourquoi le coeur du bonheur.
Ne me quitte pas.
Moi je t’offrirai des peles de pluie, venues de pays où il ne pleut pas.

Je t’inventarai des mots insensés que tu comprendras.

Et quand vient le soir pour qu’un ciel flamboie le rouge et le noir ne s’épousent-ils pas.



jueves



El carácter único del "yo" se esconde en lo que hay de inimaginable en el hombre. Sólo somos capaces de imaginarnos lo que es igual en todas las personas, lo general. El "yo" individual es aquello que se diferencia de lo general, o sea lo que no puede ser adivinado y calculado de antemano, lo que en el otro es necesario descubrir, desvelar, conquistar.




Nunca dormía con las demás amantes. Cuando iba a verlas a sus casas, la cuestión era sencilla, podía irse cuando quería. Peor era cuando ellas estaban en casa de él y había que explicarles que a medianoche debía llevarlas porque tenía problemas de insomnio y era incapaz de dormir en la inmediata proximidad de otra persona. Aquello no estaba muy lejos de la verdad, pero la causa principal era peor y no se atrevía a contárselas: en el mismo momento en que terminaba el acto amoroso sentía un deseo insuperable de quedarse solo…”
Se decía: hacer el amor con una mujer y dormir con una mujer son dos pasiones no sólo distintas sino casi contradictorias. El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien (este deseo se produce en relación con una cantidad innumerable de mujeres), sino en el deseo de dormir junto a alguien.
CAFÉ DE CANELA.
Leer esta palabra me ha traído sentimientos tan sobrecogedores. No se si por la canela, o por el café o por acabar de recibir un mensaje tuyo. Creo que es la canela. Me recuerda al invierno, al jazz, a la lluvia, a Malasaña. Me recuerda a un Madrid diferente, uno que echo de menos, a un sentimiento que hace tiempo que no tengo. Desde que TÚ no estás.
Y me he quedado sola, saboreando una ciudad a la que ahora le falta el condimento.
Esta llena de luces, se que te gustan, y me gusta mirarlas y ver reflejadas en ellas tu sonrisa, pero no tienen una mano tan cálida como la tuya, ni me abrazan de la misma forma.
En realidad es la palabra café la que me recuerda al pasado invierno, y es la palabra canela la que me hace añorar un sueño. Tu y yo, en París. Te encuentras junto a la ventana, mirando como cae la lluvia. Llego con dos tazas calientes, te giras y tu sonrisa me invade.




Era un pasillo oscuro, largo, estrecho. Estaba vacío y tenia una moqueta negra por la que mis pies se deslizaban. Mi cuerpo era pesado, mi cabeza ejercía una presión insoportable.La cocaína no siempre me proporcionaba buenos momentos.
He llegado hasta la azotea, tengo miedo de mirar abajo, paseo dubitativa, aún arrastrando el cuerpo. Me decido. No tenia que haberlo echo, abajo estaba la representación en vivo de la persistencia de la memoria de Dalí, me mareaba, mucho, y decidí dejarme caer.
Justo en el momento exacto, me cogiste.
"No puedes tirarte"
"¿Por que no?"
"Porque la manipulación del tiempo no es una ciencia exacta , como cualquier arte, para cada individuo es personal"
"¿Y eso a mi que Tim? en el fondo solo quiero ser una de las protagonistas de tus películas"
"Esta bien vamos a ello"
Todo volvió a dar vueltas, girábamos en un torbellino que cada vez se hacia mas colorido. De pronto eramos gotas, gotas de pintura de un cuadro de Pollock. Estábamos quietos y no podíamos movernos, ni si quiera hablar. Hasta que llego ella, era un pájaro grande, de unos colores y vuelos elegantes, me entro una mezcla de miedo y seguridad. Simplemente nos miró, sonrió y sopló ligeramente. Y ahí estábamos, en mitad del circo de Across the universe, pero a la vez en Salamanca.
Y tu la besaste y era yo y si yo te veía conmigo entonces ¿quien era yo? Me mire las manos y me repetí esa pregunta una y otra vez